Volví entonces a caminar en círculos sin poder concluir el diámetro del resultado de la resta del 10 menos el 9. Tomé el consejo de los que me querían y subí a la copa de uno de mis hijos. Llenándome de coraje, salté. Desplegué las alas, las agité en el aire con todas mis fuerzas pero desgraciadamente, me precipité a tierra. Me mentiste. Para volar, hay que crear el espacio de aire necesario para que las alas se desplieguen, necesitas cierta altura antes de saltar. Para volar, hay que empezar asumiendo riesgos. Si no quieres riesgos, lo mejor quizás sea resignarse y seguir caminando.

guardianadecristales, dirección y puesta cristiánsierralta, actuación carolinaloehnert, @escenapalermo 15-12-10 buenosaires.
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