Hoy me llegó un video de una amiga en un carrusel, su mirada parecía haberse teletransportado a su infancia y la música parecía como de un sueño frenético. Entre risas, estaba inmóvil montada en su caballo de fantasía mientras subía y bajaba en el recorrido circular.
Siempre me llamaron la atención los carruseles y cada vez que paso por una plaza que tiene uno de ellos me quedo mirando un rato o la idea se queda en mi mente mientras sigo caminando. Pensé en fotografiar los carruseles de buenos aires pero después la idea se vino abajo cuando me sicopatié, ahora pienso retomarla, quién sabe.
En fin, no recuerdo cuando fue la última vez que me subí a uno pero la ilusión de la experiencia permanece en mi memoria. Para mí, es como entrar en una hipnosis, trasladarse al mundo de alicia, un viaje esquizofrénico que te conecta con el mundo interior y fantástico que todos tenemos. Una expresión libre al ritmo ritualístico del círculo virtuoso. Una rueda de la fortuna.
Apenas pueda me subo a uno, Buen día.

El carrusel es como las decisiones de la vida, cada uno elige donde quiere rodar!!..bien amigo!
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