sábado, 27 de noviembre de 2010

viviendo con un espejo



Este año estuve viviendo en un depto que alquilé amoblado. Tuve que mover muebles, sacar cuadros y pegar cosas para que cada vez que abría la puerta me fuese encontrando más con mi hogar. Entre las cosas que encontré está un espejo que usa casi una pared completa. Comprobé el dicho que los espejos sirven para ampliar espacios, porque refleja casi todo el primer piso, dándole profundidad por cualquier parte que se mire. En tamaño, está a la par con el ventanal, por lo que tengo dos ventanas: una hacía mis vecinos y otra que da hacia una dimensión simétrica de la realidad.
Este espejo fue testigo de todo lo que estuvo pasando este año dentro de estas cuatro paredes que me sirvieron de hogar. Me vio celebrando, riendo, bailando, trabajando y haciendo yoga. Escucho mis monólogos y conversaciones a veces existencialistas con los que también se reflejaron. Me reflejó mostrándome otro ángulo de las cosas, tan importante como el de mi propio ojo.

Por estos días vengo escribiendo sobre sueños y el resto de las dimensiones o planos que integramos, como aquel que existe dentro de un marco que sostiene la imagen de la realidad.


Through the Looking Glass

A boat, beneath a sunny sky
Lingering onward dreamily
In an evening of July

Children three that nestle near,
Eager eye and willing ear
Pleased a simple tale to hear

Long has paled that sunny sky:
Echoes fade and memories die:
Autumn frost have slain July.

Still she haunts me, phantomwise
Alice moving under skies
Never seen by waking eyes.

Children yet, the tale to hear,
Eager eye and willing ear,
Lovingly shall nestle near.

In a Wonderland the lie,
Dreaming as the days go by,
Dreaming as the summers die:

Ever drifting down the stream
Lingering in the golden gleam
Life what is it but a dream?

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